Los mercados no líquidos en las apuestas deportivas son aquellos en los que entra poco dinero procedente de los apostantes. Es decir, por decirlo de alguna manera, son los mercados menos populares. Pero ojo, menos populares no quiere decir menos lucrativos, al contrario.
En los mercados no líquidos, la mayoría de las apuestas se realizan en favor de uno de las opciones disponibles en ese mercado. Esto provoca una alta disparidad en las cuotas, a la vez que las vuelve más inestables de lo normal, haciendo que puedan variar mucho en cuestión de segundos.
Esto supone un riesgo para las casas de apuestas, y para protegerse la consecuencia es que pueden limitar el importe máximo de las apuestas que se pueden realizar. Es decir, puede limitar a los apostantes.
En los mercados no líquidos, las casas de apuestas tienen menos información para fijar las cuotas, y eso puede llevar a errores a la hora de establecerlas. Esa situación puede ser aprovechada por apostantes experimentados colocando apuestas con valor antes de que las cuotas cambien.
Este tipo de mercados son difíciles de ver para los apostantes corrientes por lo que recurrir a un tipster suele ser una opción para poder aprovecharse de ellos. Por desgracia las cuotas ventajosas de los mercados no líquidos suelen durar poco y hay que ser muy rápido a la hora de colocar las apuestas.
Los tipsters de mercados no líquidos son los principales responsables de que haya muchas apuestas en un sólo sentido en un determinado mercado haciendo que las cuotas fluctúen.
Ejemplos de mercados no líquidos son las competiciones inferiores de fútbol como la 2ª B o incluso la tercera división, los torneos ITF de tenis o deportes poco especializados.
Son frecuentes los casos de amaños y estafas en torneos de este tipo por lo que debes tener cuidado apostando en este tipo de mercados si no quieres llevarte una sorpresa.